Rodar una película nunca es tarea fácil, y menos cuando la actriz principal es una diva insoportable, el director un perfeccionista obsesivo, el productor un mafioso tacaño y el actor principal fue sustituido por el sobrino del productor, a pesar de no tener talento alguno para la actuación.
Yllana se adentra esta vez en el disparatado rodaje de una película, y hace una divertidísima sátira sobre la fama, la imagen y el séptimo arte. Cámara, acción y risas!
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