Para esta creación, OKIDOK redescubre el trabajo de un dúo de payasos no verbal, guiado por un teatro gestual con una estética asertiva. El carro que los cobijaba, al mismo tiempo vivienda, albergue y promontorio, está en equilibrio inestable en el único eje de sus dos ruedas. Tratará de buscar un compromiso, un equilibrio precario, una solución salubre que les permita continuar su camino, el camino de su vida.
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