Europa, verano del 2001. La ciudad de Ragazzo vive la restricción de derechos sociales más grande que recuerda el continente desde la Segunda Guerra Mundial: fronteras cerradas, manifestaciones prohibidas... 30 000 agentes recorren las calles y protegen a los líderes del G8 en su reunión.
Ragazzo, pese a esto, pasa el verano en la ciudad, en un garaje que okupó y acondicionó como su hogar durmiendo dentro del coche y cocinando en su motor. Está de vacaciones: tiene tiempo para ir a conciertos, leer y escribir, cocinar, e incluso de enamorarse... y por supuesto, de participar en el Fórum Social, instalado en la ciudad para hacer frente al modelo de globalización impuesto por el G8, soñando otro mundo posible.
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